Ya llegó el calor a España y siempre con el calor llega el verano. Que dicha sentir la calidez de días largos, con el sol resplandeciente y con ello meter en el armario los abrigos y las botas; mientras se debe sacar afuera la ropa de algodón –que mientras más ligera mejor- buscar las chanclas y las sandalias.
Pero este año, el calor ha llegado con antelación y con furia.

La ola de calor se ha disparado en este preámbulo veraniego, y los termómetros han alcanzado entre 40 y 45 grados centígrados. Un verdadero infierno. A quienes venimos de tierras calientes nos dicen que seguramente estamos acostumbrados, pero para sorpresa de muchos no es así.

A pesar de lo mucho que haya cambiado el clima, Caracas sigue siendo una ciudad con una temperatura envidiable, que no supera los 30 grados centígrados e incluso años atrás era conocida como la ciudad de la eterna primavera, porque no superaba los 15 grados centígrados.

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Lo cierto es que este fin de semana en algunas zonas de Madrid, el calor será más tolerable con 25 grados centígrados. Sin embargo, con él llega también el tiempo de las vacaciones, de estar más tiempo fuera de casa, de ir a las piscinas o a la playa. O si eres del sur vas al norte, y viceversa.

Para quienes aún no han llegado los días libres, entonces una opción es ir a las piscinas municipales, o a aquellas que están construidas en las zonas comunes de las residencias y forman parte del condominio.

Ciertamente esta es una de las costumbres más arraigadas entre los españoles en los calurosos días del verano. El poder darse un buen baño de piscina es realmente más que un privilegio, un derecho y una necesidad.

Dado el mantenimiento impecable que se hace de ellas, en general son espacios de esparcimiento para toda la familia. Y es que además de darse un chapuzón, estos días invitan a buscar el relajamiento que no se tiene en otras épocas del año. Poder acompañar esos días de sosiego con un buen tema musical es parte del disfrute que nos merecemos luego de tantos meses de lucha y trabajo.

En particular, me gusta la música de un cantante español, El Kanka, que con sus melodías a son de guitarra no solo me relaja sino que me hacen reflexionar, reír, sentir y recordar además los buenos momentos con las personas más queridas, ya sea que las tengamos cerca o lejos.

Una canción que me gusta mucho y la recomiendo se titula “Volar”. Se puede escuchar en Youtube. Escuché la versión que hace con la cantante Rozalén y la letra es realmente magnífica: “Volar, lo que se dice volar, volar, volar, no vuelo… pero desde que tiré las llaves ya no quiero entrar, desde que quemé las naves y aprendí a nadar, si quieres buscarme mira para el cielo… solté todo lo que tenía y fui feliz, solté las riendas y dejé pasar, no me ata nada aquí, no hay nada que guardar, así que cojo impulso y a volar”.

Es un buen lema para acompañarlo con un nado relajante en aguas cristalinas y azuladas. Nadar, volar, soltar las riendas cuando las has sujetado con firmeza no viene nada mal, escapar del calor sofocante. Y si te buscan, que miren al cielo.