El maestro de las pizzas en el mundo, Lucas Doro, nunca pensó que el amor de su vida lo iba a encontrar a través de una atención que le hicieran en el Giro de Italia, justo cuando el pedalista colombiano Miguel Ángel Rubiano -del equipo Petrolike de México- lo invitará a conocer a Cali.

Al llegar a la capital vallecaucana quedó flechado con la belleza y sencillez de Mónica Micolta. Una morocha de rasgos finos y sonrisa amplia que le hizo olvidar la mozzarela de búfala, el olivetto, el orégano, el peperoncino, la salsa pomodoro y demás ingredientes de su tradicional cocina, para volverlo una melcocha: “Mamma mia, che bellezza di donna”, fue lo primero que aprendió a decir.

De eso hace ya 11 años. Y tienen dos hermosos bebés: Cereza y Santiago, los cuales pasean orgullosos por las calles del tradicional barrio San Antonio, donde la alcaldía, adelanta la jornada ‘Camina San Antonio’, con la que se le apuesta a tener una Cali descontaminada y saludable, con espacios públicos para el peatón y el ciclista.

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La visita de los Doro Micolta a Cali, después de nueve años de no haber venido, tenía dos ingredientes: visitar la familia y escoger los mejores productos que artesanos y agricultores de Cali y sus corregimientos traen a la muestra, para llevarlos a Italia y crear con ellos una nueva delicia: “La pizza Colombia”.

Él, al igual que un grupo de 10 pizzeros que tienen sus negocios en Macerata Campania, en la provincia de Caserta, se han dado a la tarea de hacer la revolución de la pizza gourmet, con un toque contemporáneo, fino y único, por lo que Lucas llegó como embajador en búsqueda de nuevos ingredientes y ser portador de buenas noticias a su regreso, en aproximadamente una semana.

Mónica -su esposa- a quien le gustan todas las pizzas de Lucas, prefiere la Napolitana de la Alianza, porque el tomate le recuerda su niñez en Dagua, tierra en la que aprendió a dar sus primeros pasos, con los que ahora dio el salto al continente europeo.

Pero si hay alguien orgullosa y que saca pecho cuando hablan de él, es Daniela Ramos Micolta. “Mi tío Lucas fue premiado como el mejor pizzero de Italia y ahora está nominado a un premio en gastronomía, equivalente a un Grammy. Viaja por toda parte probando, conociendo e innovando. Tanto así, que ya tiene la fórmula para llevar a su país las empanadas, las arepas y el chorizo santarrosano, que será el ingrediente principal de su nueva pizza”.

Lucas, con cierta timidez, asiente con la cabeza y remata: “Me encanta Cali, es una ciudad muy bonita, con gente muy amable y con muy buenas iniciativas para el turista, como ésta en San Antonio, donde uno puede comer, pasear y ver las costumbres gastronómicas. Cada que pueda vendré a Cali. Me fascina”, dice en su espaliano y se despide con el tradicional: Ciao Bambino…